El bulling me acosaba mucho. Empecé a dormir poco. No dormía y pensaba cosas extrañas. Pero ya estaba con la investigación ovni. El viaje en el tiempo, a través de mi admiración de Douglas y Tony, de la serie "El Tunel del Tiempo", en televisión, creada por el gran Irwin Allen, me interesaba más y más. Comencé a escribir, sobre cómo era el espacio y el tiempo. Lo hice durante años, de una manera, ligeramente similar a John Nash, de Mente Brillante, el matemático esquizofrénico. Papeles y papeles. Escritos. Diagramas, rectas, curvas....de todo. En 1973, los ovnis; en 1974, el espacio y el tiempo. ¿A dónde llegaría?. Para este 1974, el doctor Victorio Panonto, me regala unos elementros electrónicos, para que haga una radio. Pero eso fue a fin de año.Y la hice, eh. Se escuchaba algo. En los principios del 74, y ya con miles de cartas escritas a investigadores de ovnis de todo el país, y algunos de otras partes del mundo, tuve una idea fija. Aún la recuerdo. Quise hacer un "pacto con Dios". ¿Qué?. Diría usted, amigo. Porque hay pactos con el diablo. Pero esto era directamente con mi búsqueda más grande: la de Dios. "Le digo" a Dios: "¿y si yo a cambio de mi bondad, por ser tan bueno, con el hecho de dejarme pisotear por los compañeros, me das todos los secretos del universo"?. Entonces, pienso que por este asunto, el diablo, me empiza a perseguir, porque no le convenia, ya que eso era muy grande para la sociedad, y me tenía que aniquilar. Una idea no tan delirante como parece en principio. Y además, Federico Illanes, aqui en Mendoza, un físico, tuvo la idea similar de hacer esto.O sea, "se le apaerece un ser, que le pide un deseo, cualquiera sea, a modo de la lámpara de Aladino. Y Federico le contesta lo mismo que yo: deseo conocer los secretos del universo. Lo cierto, es que Federico, no sé si tuvo un problema como el mio. No lo creo. Tuvo familia y fue un destacado profesor de Mendoza, en Argentina, mi país. Digo problema, ya que se agudizó mi obsesión con el tiempo y los ovnis. Porque hay que decirlo: cuatro desafios tuve y aún tengo: El tiempo; Dios, Los Ovni, y el...Amor. Son los cuatro jinetes de mi batallón de héroes. O sea, de mis múltiples ideas imaginarias que me han llevado a entrar y salir de las crisis.
Pero en 1974, me asolaba la idea de la persecuta del diablo. Y lo "veía" en todos mis compañeros. Claro, no es fácil advertirlo. ¿No?. En mi adolescencia, no alcanzaba a advertir que el diablo era el sufrimiento de no saber qué hacer con las cargadas,con los golpes, con mi verguenza, con mi dolor, etc...Y entonces, sí, todo era el diablo. Todo era el infierno. Hasta que me tiré en la cama de matrimonio de mis padres, y grité un buen rato. Pidiendo por "Papá". El papá del cielo, y por mi padre biológico, para que me ayudara, ya que sentía que no lo hacía. Ante su indiferencia con su trabajo, y ante sus pocas palabras. No supo lo que me pasaba, hasta creo,aún hoy, con 83.años...
Aconsejo a las víctimas de este acaso, hablar con el padre. No sólo con la madre.Es un asunto de machos. De hombres. Hay que golpear si es preciso a los compañeros, siempre sin que sea tanto como el de Carmen de Patagones. Que mató con un chumbo, a tres. Es importante comunicar a tus amigos lo que te pasa. Y es bueno, un sicólogo; más no un psiquiatra. Por la medicación supresiva. Y el diagnóstico estigmatizante. Lo sufrí mucho. No debe ser asi. Es un calvario.Igual, ya no puedo volver atrás el reloj. ¡Y yo que quería construir la máquina del tiempo!. Aún sin embargo, escribo un ensayo sobre el Tiempo en otro blog. Tengo material asombroso. Para rato. ¿Qué no es posible?. Todo es posible en la dimensión descocida.
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