JIDDU, ES EL MEJOR TERAPEUTA. |
KEN TIENE UN ENFOQUE SALUDABLE. |
Hoy estoy en condiciones de estudiar, yo, a los terapeutas que me atendieron. No los descarto completamente, quizás, a ninguno.Pero si puedo decir que no estuvieron bien experimentados, y varios de ellos, sin intención manifiesta, no hicieron muy bien las cosas. Hay uno en especial, que si podría decir que no estaba bien de salud. Ya que otro psiquiatra, me lo dijo. ¡Increíble!. Pero así es la vida. Así fue y es mi vida. Empecemos por el primero.
Dr. Z. Era o es, no sé si vive aún, un terapeuta que me atendió al principio y sin hacerme psicoterapia, me medicó tanto que provocó una artritis medicamentosa. Mis queridos viejitos, ellos sin saber cómo tomar mis crisis, me llevaron al hospital Central de Mendoza. Ahí no sabían qué decirles. Pero se llegó a la conclusión de que padecía lo dicho. Mi padre que era bioquímico en esos años, con su laboratorio, me hizo una llamada eritro, que es el recuento y análisis de los glóbulos rojos. Me salió tan alta, que los rojos, casi le gritan a Bochini...jaa!...Lo cierto es que con esto, pasaron a otro psiquiatra, y el Dr. Z, partió-según se dijo- a España. No huyó, pero se comentó, que tuvo otras metidas de pata. Quizás no tuvo vocación. En fin...
El segundo, fue el doctor C. Ese me hacia terapia de discusión. Si, porque me quería confrontar con él mismo acerca de la creencia mia en Dios. Adempás de hacerme un coma insulínico, para llevarme cerca de la muerte. (?!). Total, paga la casa. Asi fue como me derivó a otro, porque el tipo, también "huyó". Cai en manos de uno de los mejores de la primera etapa. El Dr. G. En 1976. Era simplote. Sencillo. Y me hizo junto a otros pacientes, terapia de grupo. Conocí a otros "enfermos". Pasaría con él, cuatro años. Hasta que sucedió la segunda crisis. Y mis padres me sacaron del Dr. G. Éste aseguraba que saldría del brote. Pero la raíz parece que era profunda. Llegó el psiquiatra enfermo, el Dr. D. Y la cosa empeoró.
Un amigo de los años 70 de mis padres, de la provincia de Misiones, con tino, con creatividad, dijo una vez en mi casa, al enterarse algo de mi tratamiento "Fuiste una especie de conejillo de la India". Señores, amigos, familia, conocidos, curiosos, sin querer, o queriendo: eso fui. Un cobayo. Pero si sirvió para estar hoy saboreando la felicidad, vale. Porque estoy en condiciones de ayudar a otros, además de saber que fui un pionero en Argentina,de los tratamientos que-quizás- ya sean caducos. Hace falta una nueva psicología. Un nuevo enfoque de los estados alterados de conciencia. Porque éstos, son bien encausados por la psicología transpersonal. Esa debería haber sido mi psiquiatria. Un enfoque a lo Ken Wilbert, o Stanislav Grof. Una terapia mezcla de Jung, con Krishnamurti. Después de todo, ¿qué mal hacen las crisis?. El miedo argentino-porque en el primer mundo, puede que lo tomen más ampliamente-.fue capital a la hora de mirar este tema. Las crisis son necesarias para la evolución de un individuo. Porque ¿saben?. lo mio fue que no quise ser nunca mediocre. Nunca un tipo normal. Los normales andan como lo que son, unos verdaderos esquizofrénicos, que no apuestan por lo nuevo, el amor y la felicidad.
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