LAS CONFERENCIAS.

A la primera que asisti, fue a la de Fabio Zerpa,en el cine Cóndor allá por los años 70. Sobre los ovnis, claro. Luego a las de Corradi, Blanco López,sobre el mismo tema. Pasaron los años,y en 1986, di la primera, en una casa en Guaymallén. Me senté en un escritorio, y hablé del caso del puertoriqueño, pero eso, si, no comenté mi vínculo esotérico con el mismo. Sólo las cartas que recibía en su contenido ufológico. La segunda, fue más amplia, de mas de una hora, en el hotel Panamericano, de Dorrego, Guaymallén. Me la había ofrecido un grupo filial del Instituto de Pedro Romaniuk, que hubo acá en Mendoza. 

Pasó un año, y di dos más, en un local de la calle 9 de Julio,que se llamaba Bibliotecas Argentinas. Pero esta vez, acompañado por Jorge Rey, un ufólogo de aquellos años. 

En los 90, junto al fallecido Edgardo Robert, di dos charlas más. Fueron en la Subsecretaria de Turismo de Mendoza, de la calle San Martín. La última, fue en el café ufológico de Mendoza,  cual asisti hoy en estos meses, y hablé del terremoto del 85, con sus connotaciones de leyenda urbana, además de los rumores e ideas sobre los ovnis. Fue enero de 2013, para un nuevo aniversario. 

Pero antes de dar yo, me nutrí de muchas conferencias, que fueron siendo audiovisuales, ahora con conferencias. De ovnis, astronomia, arqueología, etc....y conociendo a los más variados científicos,  y aficionados. Y no me olvido de mi pequeña charla, dada sobre cometas, en un grupo de astronomía, en San Martín. Tuve amistad con gente de gran talante intelectual. Hoy, en el café, hay grandes investigadores. Y espero que la ciencia y los ovnis, me sigan convocando en esta travesía, que es mi vida. Llena de todo tipo de vivencias. Y sobre todo en una de mis áreas, preferidas: la veta intelectual. Porque,también tengo la del arte. Párrafo aparte.Como las de todo el mundo, la vida sentimental, familiar, de calle, y de aventuras,muchas de ellas, con tinte cómico, de humor. Y si, siempre con la birome, o el bolifrafo, dispuesto a relatar y dejarlo plasmado, primero en el papel, y luego aquí en la computadora. En la red. Aunque usted no lo crea. De Ripley. En la dimensión desconocida.