EN LA CUMBRE DEL MISTERIO. 4 Parte.

Uno no se da cuenta, pero va entrando en formas de limpiar el alma. Temores exagerados. Sudor. Lágrimas. Y muchas veces, el ánimo sin sentido. Por el ánimo mismo. Por el entusiasmo. Cada vez que iba a un lugar, era alegría. Y sin embargo, me dejaba soledad. ¿Es bueno?. Si. Porque con el correr de los años, Dios, la vida, me daba cosas nuevas. Solía inculpar a mis padres de estar viviendo con ellos. Pero no fue en vano. Era la trastienda de un futuro de plenitud. Había que saber esperar. No lo lograba, pero como dije siempre: no dañé nunca a nadie. Al contrario, les sonreía. Les acercaba risas y silencio,bueno. No faltaba la oportunidad de visitar a enfermos. Incluso fui voluntario del hospital Perrupato de San Martín. Experiencia válida. Sin idea de figurar. Por ella misma. Un esfuerzo para salir de mis estados ingratos, que quizás haya sido un gran amor propio, y respeto por darme una nueva oportunidad, cada vez, de salir adelante. Aunque me asolara la desesperación. Después de todo, hay una luz al final de cada túnel. Todos entramos en ellos, en la vida. La cuestión es salir a tiempo. Y yo tuve que salir una y otra vez. Nunca la vida te deja solo adentro. Por fin, la vida me dijo: ¡sal otra vez!...¡es otra oportunidad!.....Y aquí estoy: recorriendo un nuevo camino.

"El amor es la quinta  sinfonía de Beethoven...pero la tocas tu".