El café, las reuniones en ellos, son tradicionales en Argentina. Desde el Café de los Galanes,donde asistía el genial y querido Roberto Fontanarrosa, hasta llegar a los cafés de ovnis, de mi pais, que se desarrollan en estos meses, hay mucha tela para cortar. En 1977, junto a mi amigo de aquellos años, Juan Carlos, y otro, llamado José Juan, que estudiaba psicología, hablábamos de los existencialistas. Nos juntábamos, y después, José nos llevaba a nuestra casa, en su renault gordini ¿Se acuerdan?. Ja!. Daniel, era un auténtico cara dura. Dicho esto, con cariño, eh. Se reía de todo. Por aquel tiempo, aún no me despertaba con el humor de hoy. Escuchaba más. Pero sonreía. Un consejo a los jóvenes: no sean serios. Rian y carcajeen. Exprésense. Yo no lo hacia, hasta que la vida me golpéo, y lo hice. La risa es -como decía Reader s Digest, la revista célebre de Norteamérica- remedio infalible.
Años después,llegaria el café de la calle Balcarce. Que en realidad, yo lo bauticé asi, pero se trataba de un quiosco donde asistiamos una veitena de hombres-alguna que otra mujer, también- y charlábamos de todo y de todos, eh. Ja!. Veíamos revistas porno, tomábamos cerveza, haciamos chanzas, etc,etc...Y los fines de año, la sidra. Papá Noel. Un dia le digo a una chica que pasaba:
---¡Qué bien estás!..¡mamá Noel!.
Para visperas de navidad. Ja!.
Y así por el estilo me divertia. Junto a otros amigos. Creo que ya conté lo del café en otro post.
Vendrían los cafes de ovnis. Desde febrero de 2012. Pero son más recientes. Lo cierto es que no faltaron en mi vida las reuniones informales, entre gente linda y simpática. Que existe, eh. Sólo hay que buscarlos. Y el primero, yo. Para que ellos se arrimen, eh.
No hay comentarios:
Publicar un comentario