--¿Estaba mojada el agua?..
---Si
Le contesté, yo. Ja!. Nos tirábamos en la arena de la playa, con mi hermana, jugando con castillos, y no de naipes, claro.Iríamos varias veces, hasta que empezamos a frecuentar un lugar en particular: Villa Gesell. El primer año: enero de 1973. Allí estuvimos quince días. Conoceríamos a los inolvidables "misioneros", una familia de Posadas, Misiones. Conformada por el matrimonio, y dos hijos de edades acordes a Viviana y yo. Fuimos en carpa. Estábamos en un camping. En eso, Mario se me acerca y no sé que me dice. Tenía algo así, como diez años, y yo, 14. Jugamos a la oca. La hermana, Liliana, empezó a charlar conmigo. Una muy linda chica. Nos hicimos amigos, y mis padres de sus padres. Veíamos películas en el autocine, sentados en reposeras, ya que éste se encontraba al lado del camping. Con Liliana jugábamos a la paleta, en la playa. Y no le digan a nadie: me "enamoré" de ella. Ja!. Fiel a mis estados de ser. Me encantaba. Pero, claro, yo, catorce años; ella, 13. Esos días, también estaba el Manolo, amigo de la familia(con el cual cantábamos las canciones de Palito Ortega, al ir a la montaña, en Mendoza). Una noche, estábamos todos mirando cine y el doctor (dentista) Garzón (de nuestra ciudad de San Martin) que también paraba en el camping, por esos días, luego de ver una película, le dice a mi padre-estábamos con Manolo- lo siguiente:
--El viernes dan "venga a tomar café a casa"...(con Hugo Tognazzi, recuerden, estamos en el año 1973)
Manolo escucha de pasada la frase del doctor, y luego le diría a mi papá:
--Doctor...yo creí que nos invitaba a tomar café, luego de ver la película...ja!!!
¡Qué simpático el libreto que se armó!. Me reí por mucho tiempo. Va!, No es para tanto, pero yo era pendex, y siempre muy humoristico...¿no?.
En 1974, volvimos a Villa Gesell. No me encontraba muy bien de salud psíquica. Recuerden, ese año, tendría mi primera crisis. Fuimos con mi abuela, que ese año fallecería. Pero no faltaron las salidas al centro de Villa Gesell,con unos amigos que hice. Ibamos a dedo, hasta el cenrtro.La pasé bien. Sin considerar el tornado que nos comimos en el camping,claro. Que incluso mató a un hombre. En fin....la sigo después.Salimos muchos años con mi familia. A las playas, sobre todo. De un lado y del otro del continente. Ah...no me olvido de los dos viajes más memorables: a las cataratas del Iguazú, y a San Carlos de Bariloche. Dos maravillosos lugares.Lejanos de Mendoza. Pero valio la pena. Hermosísimos.
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