La única psiquiatra fue la que tuve en el hospital El Sauce. De nombre Maria de los Ángeles,fue un ángel que me dió las pautas más interesantes para salir de mi última crisis, con la cual me "llevé" la enfermedad, al baúl de los recuerdos, de alguna manera. No del todo, claro. Porque sigo estando convaleciente, quizás de por vida. Sin embargo, uno puede ser feliz Más, diría yo Con Maria, se fue el fantasma del suicidio. Se fue la depresión. Se fue el miedo exagerado. Se fue la poca voluntad, que a veces, padecia. Se fueron los estertores más fuertes de la fobia. (Me quedó, sin embargo, algo, hasta 2004).
Ella, me medicaba bien. Me alentaba. Y el 30 de diciembre de 1996, fue a mi casa de San Martin. Alli me dio una nueva medicación, para hacerme incluso, una breve psicoterapia. Estaba yendo desde la cama al living, como escribí en este blog. Dicho por Charly Garcia, fue tal cual, eh. Ja!Con gran ansiedad, y un estado de inquietud importante. Se suponía que luego del mes de internación, hay un tiempo de readaptación de algunos meses. Tal cual. Estuve así, unos tres meses. En enero-febrero de 1997, la cosa empezó a cambiar.
Yo había comenzado a regar el patio, caminar tres veces por semana, e iba a hacer cajas de pizzas, a la pizzeria donde trabajé un año. Tareas recreativas y con las manos. Recuerdo que cada vez que durante dos horas, trabajaba con las cajas, pensaba muchas tormentosas ideas. Pero no caí. Salí cada día de entusiasmo, teñido de preguntas y de dudas. Porque al final de cuentas, no hay mal que por bien no venga. El 30 de abril, de 1997, visité a Maria, en su consultorio,por última vez en mi vida. Me dijo
--Tienes que hacer un libro.
Y¿saben?. Algo de eso, ya ocurrió, porque aca en Mendoza, salió-en 2005- en un libro un cuento mio, en un taller literario que hice con mi mamá.Ella me lo "programó". Va!. Fui yo, pero Maria apostó por mi.
La internación me hizo valorar la vida en gran magnitud. Logró entre otras cosas, hacerme ver, que hay que amarse. Valorarse. Que hay personas que están peor. Que la vida vale la pena. Que los psiquiatras-a pesar de algunos-son buenos, y tienen amor. Este fue el caso de Maria de los Ángeles. Comprometida con su labor.Su profesión es un apostolado. Si. Porque supo llevar a adelante, a alguien que, confío en ella. Mis padres, mi hermana, y quien escribe. ¡Gracias!.
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