Tengo que patear otro tablero. Y viene mi 60 cumpleaños. Ya petee tableros, como tres o cuatro veces, en estas décadas. Es una gran cosa. Aprendes. Te zambulles al vació. Y logras erradicar el miedo, y a veces,con el mismo miedo. Como si éste reempazara a otro, mayor e inmovilizante. Un miedo mayúsculo. Pues bien, yo siempre los tengo,pero algunos de ellos, han sido favorables.Un gran viento. Un viento que sopla a favor de la alegria, la audacia y la libertad-
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