Pero en 1981, me pasó algo. Como me enteraría después, en aquel invierno, recientemente se me había hecho el electroshock. Vamos a Puente del Inca al oeste de la provincia de Mendoza, acá en Argentina. Donde vivo, claro. Estamos todos en las cercanías de un precipicio de 25 metros por lo menos. Yo, fiel a mi estado de alteración o a mi entusiasmo desbordante, no sé si por mi tratamiento o por mi personalidad de apasionado, me les voy del grupo, de entre ellos, y corro hasta el borde del precipicio. Esta todo congelado. Hace frío. Yo tengo la imagen de que los tres no se dan cuenta, y me empiezo a resbalar rumbo al fondo. Lo hago por medio metro o un poco más...y la inercia me detiene. Al fondo veo el fondo. Agua abajo, y rocas....Veinte metros de profundidad. O menos,pero lo suficiente como para romperme todo si caía. Ninguno se percató de mi escapada furtiva.Luego me levanté, y seguí como si nada. Estuve al borde de la muerte, una vez más. O si no, al borde de quebrarme entero. Un golpe en la cabeza "más" no vendría mal. ¿No?. Total, ya había tenido "varios". Aunque usted no lo crea. En la dimensión desconocida.
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